Lecciones que hemos adquirido y lo que aún nos queda por descubrir.

La migración es un viaje lleno de sueños y expectativas, un proceso que trasciende fronteras y que, en su esencia, es profundamente humano. Como abogado especializado en extranjería, he tenido el privilegio de acompañar a numerosas personas en sus historias, donde cada caso representa no solo un trámite legal, sino también un anhelo de oportunidades y un deseo de pertenencia. A menudo, los desafíos y las complejidades del sistema pueden parecer abrumadores, pero detrás de cada solicitud hay un rostro, una historia personal que merece ser escuchada. En este camino, no solo compartimos conocimientos y estrategias legales, sino que también aprendemos de la valentía y la resiliencia de aquellos que buscan construir un nuevo hogar. En cada encuentro, me recuerdo a mí mismo que, aunque tengo las herramientas para ayudar, siempre habrá más que aprender de las vivencias y aspiraciones de quienes cruzan nuestras puertas en busca de un futuro mejor.

Ambas son de origen nigeriano.
Ambas se encuentran en una situación irregular.
Ambas son madres de hijos pequeños, quienes las rodean con mucho cariño y alegría.
Las niñas también están en una situación irregular y no hay señales de sus padres.
A pesar de todo, siempre mantienen una sonrisa en sus rostros e incluso se ríen a carcajadas de las situaciones que viven. Parecen realmente felices aquí y no expresan quejas.
No piensan en rendirse.

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