En el contexto de una pandemia global que ha desafiado nuestras nociones de movilidad y conexión, el Certificado Europeo de COVID-19 emerge como una herramienta destinada a facilitar los viajes y el acceso a servicios en un continente que ansía recuperar la normalidad. Introducido en medio de la incertidumbre generada por la variante Delta, este certificado no solo refleja un esfuerzo coordinado por parte de los países europeos, sino que también plantea interrogantes sobre su eficacia y alcances. Como abogado especializado en extranjería, he sido testigo de cómo esta normativa ha impactado a ciudadanos y residentes en sus aspiraciones de movilidad, así como de las inquietudes en torno a su implementación y a las garantías que ofrece en un entorno donde la salud pública y los derechos individuales deben ser cuidadosamente equilibrados. En este artículo, exploraremos el trasfondo, la regulación y las implicaciones prácticas de este certificado, buscando desentrañar su papel en la nueva realidad que enfrentamos.
El nuevo certificado europeo que permitirá a las personas recuperar la libertad de movimiento que se vio afectada por la pandemia comenzará a aplicarse este jueves. Esto ocurre en un contexto donde una nueva ola de contagios por coronavirus plantea la posibilidad de cierres de fronteras una vez más. Por otro lado, la industria aérea, que podría beneficiarse enormemente de este salvoconducto sanitario, está preocupada. Existe el temor de que la variedad de sistemas de verificación de este certificado genere largas esperas en los aeropuertos, lo que podría, en el peor de los escenarios, restringir aún más las opciones de viaje de los pasajeros.

Francisco Campos Notario, Abogado ICAS 15702, Abogado Especialista en Derecho de Extranjería, ofrece contenido especializado y actualizado EsAbogadoExtranjería. Obtén información valiosa sobre trámites migratorios, residencia, nacionalidad y más. Para consultas personalizadas, contáctanos aquí o visita nuestro despacho en Madrid y Sevilla.